El vacío

29 Ago

Si pensáramos linealmente el guión de Irreversible, película escándalo de Cannes en su momento, ¿qué quedaría? Una pareja que, al principio, está bien. Cogen. Ella queda embarazada. No lo dice. Después, hay peleas. Después, violación y muerte. Después, él le rompe la cara a alguien con un matafuegos. ¿Y el punto de giro? ¿Y el clímax donde se tensiona al máximo el conflicto? Es cierto que había una apuesta formal fuerte (cámara flotante, sonido que agregaba truculencia a la acción, violencia explícita y narración fragmentada), pero hay quienes dijeron que este chico, Gaspar Noé, argentino radicado en Francia, era un invento, un buscador de polémicas profesional. En su última película, Enter The Void, les dio la razón (sus fanáticos dirán que no, supongo).

Recomendable para ver con algo de tetrahidrocannabinol (aunque, si no se refuerza, el efecto se va antes de la mitad: dura 160 minutos), Enter The Void fue declarada la peor película jamás proyectada en Cannes. Ahora sí que no hay nada más que maquetas y diseños digitales de una Tokio nocturna y neones por todos lados y la cámara omnisciente y el color saturado y el sonido ídem. Porque la trama es infantil, arbitraria, sobre todo previsible. Y eso que hasta la hora y media (siempre con ayuda: TCH) hay esperanzas: uno piensa que quizá pinta el policial. Mejor todavía, el policial con amagues de terror. Entonces, queremos reconstruir mentalmente la trama. Ver posibles conspiraciones, vueltas de tuerca, algo. Como en Irreversible, una historia contada de atrás para adelante. Pero, en la mitad, la narración se ordena.

Y lo que sigue es malísimo. Mezcla de Ghost con Lost in Translation, aunque el personaje de Scarlett Johansson es una luz al lado de la hermana del protagonista (al que nunca se le ve la cara, porque Noé usa y abusa de la subjetiva al estilo Dark Passage, aunque no sea en absoluto una necesidad de guión sino un capricho del director). Si la segunda mitad no se sostiene es, entre muchas cosas, porque la historia se centra ahora en una chica que grita, llora, putea, histeriquea y grita otra vez.

En definitiva: una muy buena secuencia de títulos seguida por una película insoportable.

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